Embrome: Nacido de una puntada de amor
Hace cuatro años, una pequeña bola de pelo con ojos grandes apareció en mi vida: un gatito de medio año que me regaló una amiga. No lo sabía entonces, pero esa criatura traviesa y ronroneante se convertiría en mi confidente, mi despertador de las 3 de la mañana y la razón por la que empecé Embrome.
Hay una magia particular en la forma en que las mascotas se entrelazan en nuestras historias. Mi gato estaba allí para las sesiones de trabajo nocturnas (sentado... en Mi teclado, por supuesto), las penas (su pelaje absorbía más lágrimas que cualquier pañuelo) y las mañanas comunes que parecían más brillantes solo porque me daba un manotazo en la cara para desayunar. Pero un día, un pensamiento escalofriante me asaltó: Él no estará aquí para siempre.
Ese miedo me llevó al bordado. Durante una charla, un amigo mencionó el bordado tradicional, y de repente, se me ocurrió una idea: ¿y si pudiera bordar su salto juguetón en mi chaqueta vaquera? ¿O su pose de pan dormido en una bolsa de tela? Si no podía detener el tiempo, al menos llevaría su recuerdo a cada rincón de mi vida, mucho tiempo después.
Así lo hice. Y ese primer experimento torpe y con mucho hilo (digamos que sus bigotes parecían más bien espaguetis) se convirtió en el primer "producto" de Embrome. Mío.
Pero aquí está la verdad: No se trata sólo de mascotas. Se trata de la fugacidad De todo lo que amamos: la casa de la infancia de la que nos mudamos, las manos de los abuelos que nos tomaron, los "últimos" que nunca vemos venir. Las fotos se desvanecen. Los videos se pierden en la nube. ¿Pero el bordado? Es táctil. Es arte para vestir que dice: Esto importaba.
Por eso existe Embrome: Para ayudarte a convertir el amor en hilo. Su primer baile como recién casados bordado en una camisa de lino. El garabato de su hijo pequeño inmortalizado en una mochila. La divertida orejera de su perro fallecido preservada en una almohada. No hay dos historias iguales, así que no hay dos diseños iguales.
Tú eres el artista aquí. Nosotros solo somos las manos que sostienen la aguja.
Porque al final, todos estamos intentando superar el tiempo, una puntada a la vez.
Con amor (y pelos de gato en mi teclado),
[Wayne Xavier]
Fundador, Embrome